¿Qué pretende la desdichada?
esa genio de discurso ajado,
más necia y gárrula de verborrea
que fina y educada en su tarea.
¿Tarea? Confunde máquina con maquinación,
la perillán no pierde esta afición,
venida de su frustración
por intentar en Wikipedia mención
cuando, ¡Oh, infeliz! quería suscitar devoción
sin advertir su docta inhabilitación:
Comprados por su ambición,
Muchos son los engreídos,
tan cachacos, tan bambolla, trajeados, tan soberbios,
tan fachendas, tan gominas, petimetres, tan henchidos,
que, prestando oído a veras razones,
montan en cólera por tales alusiones,
¿No será que más que listillos
son una banda de bandidos?
¡Rediez! Con ésta musa de la ordinariez,
¡Oh! Pingüe penuria intelectual. ¡Pringue tez!
¡Canastos! ¡Es paradigma de los trastos!
¡La que comercia con la honradez!
¡Vaya! ¡Oh! ¡La “flirt” capitoste de los faustos!
El compinche del “correa” viene orondo
para afilar desvergüenzas,
y mientras vocea en francachelas el rico hediondo,
montan urdimbres los sinvergüenzas
fichando políticos con mal fondo:
La bailía hay que usurpar
y la democracia desprestigiar.
¡Córcholis! Estos granujas del trocar,
¡Hoy al pueblo quieren representar!
"Poderoso caballero es don dinero",
mas, si el rico del ladrillo es el ladrón,
a Quevedo le faltó razón
por no decir primero
"poderoso y oneroso", pero…
"Ande yo caliente y ríase la gente",
Góngora lo sabe bien
y yo lo confirmo también:
Mande el bellaco o la belitre ingente,
se arrastren sus lacayos incondicionalmente,
le apoyen cacicatos indecentemente…
A mí vengan razones para dejar en cueros,
patrón, presidenta o vividor procaz,
aunque tenga que ser mordaz
ruando y perorando declamando boleros. ¡Por uebos!
¡Sí! ¡Y ríase la gente!